Crónicas del Ojo de Buey – Tomo III

Y  así transcurre la historia de la disoluta corte de Versalles, en este tomo tercero por George Touchard Lafosse, donde engrana una soberbia narrativa por una cortesana que se identifica a sí misma como la duquesa de B….. (sería la tía y suegra de la duquesa Du Barry, que también continúa este soberbio diario???)

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Francisca de Aubigné, marquesa de Maintenon, murió a los 84 años y durante 43 ejerció su labor de zapa e intriga; además fue reina “de facto” en Francia. Cómo es esto? Su majestad Luis XIV sencillamente delegó en ella el poder. Muchas veces él dijo “cuando yo era rey”….. y el camino para hacer carrera política exitosa era sencillamente, estar en la gracia de su alteza real, como se le dijo muchas veces a la marquesa.

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Francisca de Aubigné, marquesa de Maintenon, esposa de Luis XIV Tomada de: http://mismuseos.net/comunidad/metamuseo/recurso/francisca-daubigne-marquesa-de-maintenon/9f7dcec0-64c1-44ff-a550-85e49d9300cb

Y la historia rocambolesca de cómo Francisca logró ascender hasta reina de Francia, empieza al momento de la cárcel de su padre, que para huír de prisión, sedujo a la hija del carcelero, con  la promesa de matrimonio que sí cumplió, exiliado del país; la vida fue dura para Francisca a su regreso, muchas veces pasó hambre en una época en que en Francia era común la muerte por inanición, y la única ayuda que recibía era de un bondadoso miembro de la iglesia; hasta que por vueltas del destino llegó a ser camarista de la reina, en el tiempo en que todavía pesaban en la cabeza del voluble Luis XIV, los ecos de otra Francisca, más exactamente Luisa Francisca Leblanc, duquesa de la Valliére, quien luego decidió expurgar sus faltas en  una dura vida conventual y convirtiéndose en la hermana Luisa de la Misericordia; y los ecos de madame de Montespan…. una guerra a muerte de cortesanas, de maitresses en titre, disputándose el dudoso título de amantes reales para conseguir poder y alimentar su vanidad.

De la una se decía que tenía la mano en su corazón, de la otra que tenía la mano en su bolsillo, y de la última, los procaces autores de libelos decían que tenía la mano en una parte innombrable de Luis.!!

Con el paso del tiempo Madame de Maintenon logró finalmente, una vez fallecida María Teresa, la esposa oficial de Luis, desposar al escurridizo Luis XIV. Pero su matrimonio fué como se llamaba en su época, un matrimonio de conciencia, sin reconocimiento oficial, lo cual es como hoy en día, un matrimonio morganático. A propósito, esta palabra es germánica, provieniendo de morgen (matutino) y gabe (don). Hemos escuchado muchas veces esta palabra, a propósito de Enrique VIII y Ana Bolena, Eduardo VI y Wallis Simpson, Rainiero de Mónaco y Grace Kelly,  Felipe VI y Letizia Ortiz ; básicamente consiste en el enlace matrimonial entre alguien que ha nacido en cuna real y alguien que no lo fue.

Hay un parangón en la historia de Francisca de Aubigné, marquesa de Maintenon su situación es parecida a otra mujer en la gran historia, como lo fue la de Teodora, emperatriz de Bizancio coronada por el propio Justiniano. Teodora fue hetaira en su época  estuvo a punto de morir de hambre e inanición en el desierto y su proceso de reinserción social después de haber tenido la mala ventura de ser la querida del gobernador de Capadocia, fue hilar, hilar e hilar, mientras recibía ayuda de Haag, el príncipe de los mendigos, quien también por cosas del destino tenía forma de enlace con Triboniano, el jurisconsulto autor del Corpus Iuris Civilis, que tanta influencia ha tenido en el orden legal del mundo. Pero a diferencia del Francisca y el veleidoso Luis, Teodora sí fue coronada en toda regla como emperatriz de Bizancio, después de haber logrado sobrellevar el peligroso escenario de la revuelta social llamada Niká, por enfrentamiento entre facciones de apostadores de carreras en el estadio. Esta es la narración de Paul Wellman en su obra La hembra, Cortesana de Bizancio.

Y volvamos al interesante personaje que es Francisca de Aubigné, porque una de sus influencias nefastas fue nombrar durante lo más crudo de las guerras con Países Bajos y el imperio Alemán, a inútiles como Villerois, responsable de muchas derrotas de las armas francesas. Las guerras sostenidas por Luis, aunque son descritas como uno de sus ejemplos de grandeza al reinar, en realidad implicaron impuestos, hambre y miseria para su pueblo. Porque el tren de lujo y prodigalidad en Versalles no se detuvo mientras los recursos eran consumidos por armas, municiones y soldadas. El tren de vida de muchos nobles pensionarios de la corte no se afectó en lo más mínimo. Y de paso, Luis XIV al hacer que concluyera la tolerancia religiosa que tanta sangre había costado al pueblo francés que fue firmada por su abuelo Enrique IV el Bearnés de Navarra en el Edicto de Nantés, reavivó nuevamente esta copa de discordia, que fue empujada por los protestantes al acecho de la guardia de dragones, los soldados que se enriquecían del pillaje robo y bandidaje sobre los bienes, vida y honra de los protestantes.

Y mientras tanto, los primeros ministros encargados de las finanzas en Francia hacían verdaderos malabarismos en pos de conseguir el dinero. Para los miembros parasitarios de la corte, para pagar las guerras. Estos fueron los malabarismos de Juan Bautista Colbert, de Desmarets

Luis XIV marcó una época en la que las bellezas indignas en su calidad de amantes, manejaron, influyeron -y de qué forma- en el devenir de Francia durante el siglo XVII y XVIII. Los hijos, los nietos de Luis XIV, fallecieron, posiblemente envenenados. Y esto posibilitó la llegada de un niño de 7 años, futuro Luis XIV, al poder. En el entretanto, hay una regencia, ejercida por Felipe de Orléans, quien fue el gobernante que por primera vez en el mundo, permitió la organización de una economía de gran escala basada en billetes, en lugar del dinero en metálico como libras, pistolas, escudos….. El escocés John Law fue quien dirigió esta difícil empresa, que tuvo un final desafortunado por la ambición y codicia de un puñado de nobles, que lo forzaron a hacer mayores emisiones que lo planeado; en lugar de haber 2400 millones de libras, hubo como 3.600 o 3.700 millones de libras. Interesante dato, cuantificación de la economía de la nación más grande de Europa hacia 1720. No obstante el empeño de Law, la sobre-emisión ocasionó lo que nos imaginamos: la inflación galopante terminó por hacer un fuerte golpe, que apenas pudo ser paliado por la riqueza comercial de la compañía de las Indias orientales, que comercializaba café y tabaco en su época, traídos del Nuevo Mundo, Luisiana entre otros. Y los billetes perdieron su valor, no todo, pero sí el suficiente para empobrecer a mucha gente. La riqueza en metálico de oro y plata, duramente adquiridos, se fue a manos alemanas y holandesas. Estos vaivenes económicos de alguna forma empiezan a ser el colofón de lo que luego sería la revolución de 1789, aunque todavía faltaban varios lustros para esto.

Finalmente Luis XIV toma el camino de toda la realeza cuando se iba y cambiaba corona por sudario, que era el de la abadía de San Denis, necrópolis real francesa.

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Placa conmemorativa de Luis XIV en San Denis. Foto del autor.

Y la minoridad del niño Luis XV, bisnieto de Luis XIV no pasó desapercibida a nivel internacional, porque su tío Felipe V de Borbón, a la sazón Rey de España y del Nuevo mundo se dejó engatusar por el cardenal Alberoni, y este ambicioso válido organizó un complot para “proteger y salvar” a Luis XV en su indefensa minoridad de la ambición y mal gobierno del regente. Y así empezó la conjura de Cellamare, que buscaba eliminar a Felipe de Orléans, pero fue develada gracias a quien lo iba a decir, espionaje sexual, por una de las acólitas de madame Fillou, la llamada “presidenta Fillou”, cortesana de largos alcances políticos y querida de Felipe.

Y mientras tanto, los escritores empezaban a hacer con su obra, una de las épocas doradas de las letras. Entre otros, surgió Francois Maria Arouet, el terrible Voltaire. Newton había hecho sus publicaciones de Philosophiae Naturalis Principia Mathematica (mejor conocidos como Principia) donde describía el papel de la gravedad, y si bien sus restos mortales quedaron en la abadía de Westminster, su espíritu trascendió al mundo. Y Edward Jenner empezó sus primeros experimentos clínicos en presos, para evaluar la eficacia del del tratamiento del Cowpox o viruela, que era muy frecuente que causara mortalidad en la sociedad.

Algunos otros datos de interés: el cirujano Peyronnie, el primer cirujano del Hotel Dieu, operó al primer ministro cardenal Guillermo Dubois de un absceso de vejiga, bastante avanzado, el cardenal finalmente murió.  Y por qué es interesante esto? Porque Guillermo Dubois fue un abate que gracias a su ambición y oportunismo con la muerte de Luis XIV, la interinidad durante la regencia, logró llegar a Arzobispo !en un solo día! De paso se dijo en el cotillero oficial de Versalles que era como lo indica el título “El ojo de buey”, que si también hubiera la pena haberlo bautizado… Asuntos de interés de estado….

Referencias complementarias

Matrimonio morganático: http://algarabia.com/palabrotas/morganatico/

Touchard Lafosse, George: Crónicas del Ojo de Buey De las camarillas de la corte y de los salones de París. Volumen III. Editorial Lorenzana, Barcelona. 1962.